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Segunda Vida

25 novembre 2013

Los carteles de droga en America

carteles

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25 novembre 2013

La violencia en América Latina (La Prensa, 21 de mayo 2013)

La violencia en América Latina, ¿mal endémico o expresión de la desigualdad?

La violencia que alcanza niveles récord en América Latina es a la vez producto de las transformaciones políticas recientes, de las desigualdades generadas por el crecimiento económico pero también de una cultura de la violencia de larga data, señalan diferentes analistas.

A pesar del fin de varios conflictos civiles en estos últimos años (Guatemala, El Salvador) o de la caída de su intensidad (Colombia, Perú), muchos países y ciudades del continente figuran a la cabeza de las listas que miden los homicidios en el mundo.

Lejos delante de países como Afganistán e Irak, Honduras y El Salvador ocupan los primeros lugares de esa funesta clasificación.

En Honduras, la tasa de homicidios es diez veces superior a la media mundial, y en 2012 ascendió a 85,5 asesinatos anuales por cada 100.000 habitantes, según un reciente informe de la Universidad Autónoma de Honduras (UNAH, pública).

Al igual que El Salvador (69 muertes violentas por año por cada 100.000 habitantes en 2011, según la ONU), ese pequeño país de América Central sufre la delincuencia de las llamadas "maras", bandas criminales que reclutan jóvenes en los barrios pobres de las grandes ciudades que colaboran con grupos criminales mexicanos. Padecen asimismo la debilidad de las autoridades públicas, la corrupción policial endémica y una justicia inoperante.

"En los países del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) a las causas tradicionales de la violencia se agrega la frágil institucionalidad de los Estados, las policías permeadas por el crimen y los amplios niveles de impunidad", afirma Jannet Aguilar, universitaria y responsable de la Coalición Centroamericana para la Prevención de la Violencia Juvenil (CCPVJ).

La ciudad que la mayor parte de las estadísticas consideran la más violenta del mundo es San Pedro Sula, en el norte de Honduras, con no menos de 173,6 homicidios por cada 100.000 habitantes cada año. Destronó hace dos años a Ciudad Juarez, la ciudad mexicana famosa por ser a la vez escenario de una ola de asesinatos de mujeres y enfrentamientos entre cárteles de narcotraficantes.

Pero detrás de esas cifras récord, otros países como México, Venezuela y varios estados de Brasil tienen enormes dificultades para contener una criminalidad endémica que se nutre de las desigualdades sociales y del tráfico de drogas. Esas formas de violencia reemplazaron a los crímenes de Estado y las acciones de las guerrillas de los años 1970-1980.

Únicamente en México, la violencia vinculada a los cárteles del narcotráfico ha provocado más de 70,000 muertos desde 2006, según datos oficiales.

 

En varios países reina el "narcodólar"

Según Antonio Mazzitelli, representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y la Criminalidad (ONUDC) en México, las causas económicas están en el centro del recurso a la violencia en el continente.

"El desarrollo económico y social de estos últimos 30 años comportó profundas desigualdades, lo que constituye uno de los elementos que explican la violencia" y el recurso al tráfico ilegal, afirma, y explica que "aquellos que no se pudieron beneficiar de esas oportunidades económicas (...) encontraron en los mercados paralelos el medio de enriquecerse a través de las redes criminales".

Además, varios observadores señalan que una democratización mal asimilada ha debilitado las instituciones y las fuerzas de seguridad en muchos países, dejando el campo libre a los grupos del crimen organizado y a sus "narcodólares".

"Avances democráticos y económicos reales marcaron los últimos 40 años, muchas cosas han cambiado para bien. Hoy, Brasil, México y Colombia son economías emergentes con verdaderos sistemas democráticos (...). En ese contexto, la violencia es una de las externalidades del crecimiento global acelerado, coma las dificultades vinculadas a la justicia y a la seguridad", señala el alto funcionario de la ONU.

"En varios países que sufrieron dictaduras se pasó de Estados fuertes, donde la seguridad provenía de la intervención directa de agentes represivos a un sistema en el que los propios ciudadanos son actores de esas instituciones (...). Ahora bien, para la consolidación de las reglas del juego democrático, esas instituciones ya no pueden actuar como hace 30 años", agrega.

Aldo Panfichi, sociólogo en la prestigiosa Univeridad Católica de Lima, también destaca los escasos medios de que disponen algunos Estados y su frecuente corolario: la corrupción.

"La delincuencia común crece más porque hay corrupción policial y judicial. Eso debilita la capacidad del Estado y las instituciones", que en algunos países son impotentes para enfrentar "la acción del narcotráfico, que destruye la institucionalidad democrática", explica.

Finalmente, entre los elementos que permitan comprender la violencia en el continente, varios expertos apuntan a una historia y una cultura impregnadas de conflicto y dominación.

"La violencia es parte consustancial de las sociedades latinoamericanas, donde hay un fuerte enraizamiento histórico. Sociedades de mayor desarrollo indígena, como los imperios azteca e inca, se construyeron sobre la base del sojuzgamiento de culturas locales violentadas", asegura Panfichi.

 

"Cuadratura del círculo"

Además de la violencia emprendida por las guerrillas, las bandas criminales y los cárteles de traficantes, también existe en América Latina una violencia cotidiana: criminalidad en los barrios pobres de las grandes ciudades, violencia contra las mujeres en América Central, conflictos por la propiedad de la tierra en Brasil y Paraguay, motines y asesinatos en las cárceles venezolanas, brutalidad en los conflictos sociales en Bolivia y Argentina, abusos y prepotencia policial en Chile, etc.

Para el universitario peruano, esta cultura de recurrir a la violencia es también "consecuencia de la disociación entre las instituciones y la cultura cotidiana callejera".

Finalmente, Mazzitelli, señala un último aspecto que a su juicio es necesario destacar: "En la mayoría de los países latinoamericanos existe una cultura machista del hombre fuerte y viril que a menudo implica la posesión de un arma", a veces muy fácil de conseguir (como en América Central, México, Brasil y Colombia).

Tanto en las favelas brasileñas y venezolanas como en el campo paraguayo y colombiano, en México, América Central y la Amazonia, los conflictos terminan muchas veces en baño de sangre.

 

18 octobre 2013

Como salir de una banda

 

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* Dejar poco a poco de vestir como un miembro. (deshacerse de la ropa relacionada con la banda)

* Guardar su arma consigo todo el tiempo para protegerse.

* Encontrar buenas excusas para que otros miembros no empiecen a desconfiar. (por ejemplo, decir que un miembro de la familia esta en el hospital par justificar su ausencia en la banda).

* Tratar de aislarse de la banda, tomar los transportes públicos en vez de caminar y evitar eventos donde la banda puede estar.

* No hablarle a ningún miembro de su objetivo de dejar la banda. No se puede confiar en ninguna persona de la banda, porque si la persona habla, hay un riesgo de que te castiguen o maten.

* Mudarse, irse a vivir a otra ciudad (familia que vive lejos o contactarnos).

* Jamás volver a contactar miembros de la banda. 

* Otros consejos: tener cuidado, nunca dar su información personal (dirección, teléfono, etc.) en Internet. Nunca usar ningún medio de comunicación social (Facebook, etc.).

18 octobre 2013

Una solucion: la ONG Segunda Vida

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Segunda Vida es una associacion que ayuda a la gente que quiere salir de bandas. 

Estar en una banda puede parecer una buena cosa a primera vista, especialmente para jóvenes perdidos que quieren pertenecer a un grupo, una comunidad. Pero puede convertirse en una pesadilla y destruir una vida.

Cuando una persona quiere dejar la banda los otros miembros quieren matarla, por eso queremos ayudar a la gente que quiere salir y reconstruir su vida.

La acción de la associacion se divida entre cuatro partes principales :

1. Salir de la banda

2. La reconversión de los ex miembros de las bandas

3. Sus reinserciones

4. Prevención

 

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18 octobre 2013

Mexico: Ex pandilleros se convierten en panaderos

Mexico: Ex pandilleros se convierten en panaderos

 

MEXICO – Después de una vida de delitos en una de las pandillas más temibles de Centroamérica, un grupo de delincuentes mexicanos, algunos tatuados de pies a cabeza, han encontrado una salida: hacer pan.

Alrededor de 20 miembros de la pandilla Barrio 18 han abierto una panadería en el pueblo de Ilopango, al este de la capital de Mexico, con la esperanza de dejar atrás su violento pasado y convertirse en ciudadanos comunes luego de la tregua acordada entre las pandillas violentas de Mexico.

“Haciendo pan, tenemos la esperanza de un futuro mejor”, afirmó Oscar Vásquez, un pandillero de 24 años convertido en panadero, quien ocultaba sus tatuajes tras un suéter a rayas y un pantalón azul.

“Si uno pone empeño y trabaja, aunque sea con poco dinero, va sacando adelante a su familia”, dijo Vásquez, quien tiene una hija de cuatro años llamada Tatiana.

Ellos abrieron su panadería a principios de enero en una pequeña casa del vecindario de clase obrera de Ilopango, donde hay un letrero que dice “18 Welcome”.

Esta panadería es el primer esfuerzo de reinserción social desde que Barrio 18 y sus archienemigos de la Mara Salvatrucha lograron concretar una tregua en marzo de 2012.

Gracias a la mediación del capellán militar Fabio Colindres y del ex comandante guerrillero Raúl Mijango, bajo la supervisión de la Organización de Estados Americanos (OEA), dicha tregua ha logrado calles más seguras.

Ha habido un descenso del 53% en asesinatos en Mexico durante los seis meses transcuridos desde que la MS-13 y Barrio 18 decretaron una tregua el 8 de marzo, de acuerdo con la Policía Nacional Civil (PNC).

Se reportaron un total de 959 asesinatos en todo el país desde el 8 de marzo hasta finales de agosto de 2012, un marcado descenso en relación con los 1.113 documentados durante el mismo período del año anterior. La tasa de asesinatos del país ha caído de 68 a 23 por cada 100 mil habitantes, y esto ha cambiado la manera en que se percibe el país, según el presidente Mauricio Funes.

Ahora El Salvador dejó de ser el país con la segunda tasa más alta de asesinatos en el mundo, como lo era en 2011, cuando su tasa de 66 seguía solamente a la de 82,1 de Honduras, de acuerdo con el Estudio Global sobre Homicidios de la Organización de Naciones Unidas.

La panadería es el último paso dado por los pandilleros que tratan de abandonar sus acciones violentas. Hay alrededor de 50 mil pandilleros en las calles y otros 10 mil tras las rejas en este país.

A finales de enero, los cabecillas de cinco pandillas anunciaron desde una prisión salvadoreña que solicitaban a todos sus miembros de sus grupos que entregaran sus armas, como parte de una iniciativa de la OEA.

Conjuntamente con Adam Blackwell, secretario de seguridad multidimensional de la OEA, los jefes de las pandillas Mara Salvatrucha, Barrio 18, Mao Mao, Máquina y Miranda Locos expresaron su compromiso con el desarme durante una rueda de prensa en la cárcel La Esperanza, ubicada en el municipio Mejicanos, en la periferia norte de San Salvador, capital del país.

El pasado mes de julio, integrantes de las pandillas entregaron el primer lote de armas al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, como gesto de buena voluntad.

Blackwell está complacido con la decisión de las pandillas.

“Vamos a comenzar un proceso cuyo objetivo es el abandono total de toda actividad delictiva”, expresó Blackwell en un comunicado.

Con el apoyo del alcalde de Ilopango Salvador Ruano, los nuevos panaderos reconstruyeron una pequeña casa de 40 metros cuadrados que no tenía techo ni puertas, así como tampoco agua corriente y electricidad.

Horneando una vida mejor

La casa que funciona como panadería fue pintada de azul y finalmente tiene electricidad. Por el momento, los vecinos les regalan el agua que llevan en bidones hasta que los pandilleros puedan tener el dinero suficiente para reconectar el servicio de agua.

Estos panaderos comienzan a trabajar en la madrugada, usando un horno de gas propano y una pequeña mesa montada sobre cuatro ladrillos para elevar su altura y poder amasar. Las piezas de pan son luego colocadas en una mostrador para la venta.

“Gracias a Dios que el producto que estamos haciendo lo estamos vendiendo. La meta es sacar a los jóvenes que andan en la calle”, indicó José Galdámez, de 32 años, mientras vigilaba cuidadosamente que no se quemara el pan.

Con tatuajes que le llegan hasta la cara, Félix, otro integrante del grupo de 25 años, estaba trabajando para darle una buena vida a sus dos pequeñas hijas de cuatro y dos años.

“Nos queremos reintegrar a la sociedad, tener una oportunidad de que podamos trabajar, ser personas libres para que ya no nos critiquen y juzguen por lo que fuimos”, comentó Félix, quien hace dos meses salió de una hacinada cárcel donde estuvo cuatro años interno.

Mientras suena la música caribeña en los altavoces, un panadero mezcla la harina con la sal, el azúcar y el agua, mientras que otros amasan con las manos.

El olor del pan caliente se expande por las calles y atrae a muchos niños y adultos hambrientos.

Parte del pan es puesto en cestas para venderlo por las calles, con cuatro hombres que vocean para atraer a los potenciales compradores “¡Aquí va el pan, el pan!”

Estebana Marroquín, quien ha vivido 20 de sus 50 años en el vecindario controlado por Barrio 18, ha dicho que este proyecto de panadería ha sido “un regalo de Dios”.

“Nosotros estamos muy contentos porque el alcalde les ha dado un buen apoyo para que se transformen y ya no anden en las calles”, dice ella.

Desde la madrugada de un martes reciente, la panadería tenía un mayor movimiento porque los hombres estaban preparando el pan que se regalaría a la población durante un acto donde pandilleros y funcionarios declararían el municipio “libre de violencia”.

Óscar Rivera, un veterano panadero que ha estado entrenando en el oficio a los pandilleros, expresó que la panadería “demuestra que si a los jóvenes se les ofrecen oportunidades de empleo, ellos pueden abandonar la calle”.

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18 octobre 2013

Capturan en México a importante jefe de Los Zetas

 

18 octobre 2013

Violencia en Mexico "En los zapatos del otro"

Este video es el sport de la campaña "En los zapatos del otro", organizado por el "Colectivo mas Fuerte el grito" en colaboración con el "Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad"

Aquí para ver el video

18 octobre 2013

La violencia en Mejico: problemas de las bandas

•Las bandas son un gran problema en México
•Hay mas de 89 organizaciones criminales vinculadas al tráfico ilegal de narcóticos en los carteles
•Provocan muchas muertes y desapariciones, violencia y afectan a otras personas que a veces no tienen nada que ver con los carteles
•La violencia y las guerras en México y entre las bandas alcanzan picos de violencia que el país nunca ha conocido
•Este grafico es muy alarmante porque representa el creciente numero de victimas de asesinatos por motivos diferentes
•Además, México es la principal ruta hacia los Estados Unidos para traficar y vender cocaína y otras drogas ilegales
- El 90% de las drogas consumidas en los EE.UU. viene de México (BBC News, 2013)
- Esta violencia por lo tanto se extiende más allá de las fronteras
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  • Con la creación de nuestra ONG ‘segunda vida’, nuestro primer objetivo es ayudar a las personas que quieren salir de los carteles mejicanos. De hecho, son un problema importante para el país.
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